Febrero Loco en Pejelandia
Estados Unidos investiga hijos de AMLO y escándalo de corrupción arrastra a Carmen Lira Directora de La Jornada y al magnate chihuahuense Daniel Chavez de Grupo Vidanta
El imparable escándalo de corrupción de Jose Ramón López se salió de control en Palacio Nacional.
Presuntas investigaciones del Departamento de Justicia a los negocios López Beltran en New York han prendido las alarmas en la 4T.
La Fiscalia de la Republican en Mexico tuvo que abrir apuradamente una carpeta de investigación sobre el caso, ante la posibilidad que explote antes la bomba politica en Estados Unidos, lo cual sería catastrófico para AMLO.
En Mexico el escandalo arrastra no solo al magnate chihuahuense de Vidanta, Daniel Chavez, sino tambien a carmen Lira, Directora del periódico la Jornada.
La Jornada recibe 180 millones de pesos anuales pro defender al régimen Morenista.
Según filtraciones en Twitter, una casa de la periodista en calle Filosofia y letras 92, fue habitada por Jose Ramon antes de irse a vivir a Houston.
Para colmo, los documentos con los que Jose Ramon intentaba mostrar que la casa de Houston era rentada, resultaron falsificados y por tanto evidencia que la finca pudo ser prestada por el consorcio petrolero Baker Hughes que opera millonarios contratos con Pemex, .
Ha trascendido que el otro hijo de AMLO, Andy Lopez Beltran, realiza fabulosas inversiones en New York para promover su fabrica de chocolate, habiendo adquirido costosas oficinas en Manhathan para fincar su emporio.
"El origen del expediente que documentó las relaciones de un posible conflicto de interés por parte de José Ramón López Beltrán y su esposa Carolyn Adams, con la empresa texana Baker Hughes, tenía que ver también con investigaciones realizadas por agencias estadunidenses que ya habían realizado un seguimiento al estilo de vida del primogénito del mandatario mexicano.
Y apenas unos días después de que se publicara ese reportaje y justo cuando empezaron las reacciones emocionales y soberbias del presidente López Obrador, que lejos de dar una explicación o transparentar la actividad y los ingresos de su hijo en Estados Unidos, optó por emprender una cacería brutal e ilegal contra los autores de esa investigación periodística, ocurrió otro hecho que tuvo lugar en el mismo condado de Conroe, Texas, en donde se ubica la mansión utilizada por la familia López-Adams: el expresidente Donald Trump, principal enemigo político de la administración Biden, se presentó en esa localidad texana para lanzar un duro discurso en contra del presidente Biden, al que acusó de estar defendiendo a Ucrania, mientras no defiende su frontera sur, por donde siguen entrando “drogas, migrantes, criminales y cárteles mexicanos”.
La unión de esos dos hechos hizo que desde la Casa Blanca tomaran la decisión de “apretar” a la administración de López Obrador y exigirle cuentas sobre los acuerdos que él mismo aceptó y firmó en Palacio Nacional el pasado mes de octubre durante la visita de la delegación de halcones encabezada por Blinken y Mayorkas. Y en eso, la radicalización del presidente mexicano, ante las revelaciones periodísticas sobre la vida de su hijo, y sus ataques abiertos a periodistas con la exhibición de ingresos y datos fiscales como una forma de venganza contra los que difundieron el reportaje de la Casa Gris, le abrió otro frente no sólo con Washington, sino con organizaciones de periodistas en otros países, y por supuesto con la propia prensa mexicana que protestó por la violencia presidencial hacia el periodismo.
Apenas el miércoles pasado, durante una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Nichols fue cuestionado sobre el tema por el senador republicano por Texas, Ted Cruz. "Creemos que el asesinato de periodistas y el asesinato de miembros de la sociedad civil (mexicana) es un problema tremendo y una mancha para todos nosotros", respondió. "Necesitamos tomar medidas para proteger a esos miembros importantes de la sociedad mexicana. Es crucial para nosotros redoblar nuestros esfuerzos para proteger a los políticos, periodistas, miembros de la sociedad civil. Es vital y hablamos de eso con nuestros colegas mexicanos todo el tiempo", dijo el subsecretario de Estado norteamericano.
Eso es quizá lo más fuerte para López Obrador: que la peor crisis política y de imagen que ha enfrentado su gobierno en los tres años que lleva en el poder, generada a partir de un reportaje periodístico que documentaba un posible conflicto de interés, y ahondada por el manejo errático, soberbio y emocional que le dio su gobierno, ya no sólo le está afectando internamente, con la caída que inicia en las encuestas de popularidad y un creciente clima de tensión y presión por su guerra contra los medios de comunicación; ahora la crisis se le extendió al presidente mexicano hasta el otro lado del Río Bravo, en donde tienen puesta en la mira a su administración".