Invasión Homeless en El Paso
Primeros 5 mil ilegales centroamericanos duermen en hoteles, iglesias, alberges y calles del centro paseño tras cruzar la frontera con maniobra concertada entre Estados Unidos y Mexico
EL PASO.- La ciudad vive esta noche un episodio inédito.
Se ha convertido de la noche a la mañana en albergue multitidinario que da refugio a mas de 5 mil migrantes indocumentados en busca de asilo.
Atrás quedó la negra leyenda de las implacables leyes migratorias y las Patrullas Fronterizas que vigilaban con celo la frontera de Estados Unidos.
Hoy todos los extranjeros son bienvenidos en los Estados sin requisito alguno.
Ahora autoridades norteamericanas son encargadas de dar cordial bienvenida a millares de inmigrantes ilegales de Nicaragua, Colombia, Ecuador, Guatemala y otros paises centroamericanios, incluido México.
"Estamos muy agradecidos con los gobiernos. Gracias a Dios. Autoridades de Mexico nos transportaron desde Chiapas en autobuses escoltados y nos dijeron que ya estaba todo arreglado para pasar a Estados Unidos", relataron.
Y así fué. Solo faltó la alfombra roja en la linea fronteriza.
La madrugada de este Martes cruzaron el Rio Bravo mas de 5 mil solicitantes de asilo y esta noche duermen en hoteles pagados por el gobierno, iglesias, albergues y locales cerrados para protegerlos del frio.
Unos cuantos permanecen en carpas improvizadas en calles del Centro paseño.
Esperan reunirse con otros compañeros en el transcurso de mañana. Ellos ha han sido reubicados por autoridades migratorias.
Por lo pronto les dieron un documento migratorio con permiso de 60 dias, lapso en el que esperan recibir un status de refugio humanitario, alimentos y transporte para viajar a otras ciudades de Estados a reunirse con sus familiares.
Se sabe que hay otros inmgrantes legales que llevan esperando 10 años para recibir residencia y permiso de trabajo.
"Nos han tratado muy bien, pero lo único malo es el frio", deploran los refugiados.
Autoridades migratorias de México anuncian que vienen otros 10 mil centroamericanos en pocos dias.
El Paso está de brazos abiertos para recibirlos bajo la mirada siempre amable de unos guardias fronterizos perplejos, porque nunca imaginaron terminar siendo celosos protectores de indocumentados.