Aduana en Manos de Lutero
Nuevo administrador militar aterroriza personal fiscal, suplanta empleados con soldados, impone rigurosos horarios laborales y prohibe pelo largo a mujeres
CIUDAD JUAREZ.- La Aduana Fronteriza de esta ciudad vive una extravagante pesadilla castrense a manos del ejército.
Recién llegado a dirigir la Aduana de Ciudad Juárez, el General Cecilio Martínez Arcos ha sembrado un tenso terrorismo laboral que tiene con los pelos de punta al personal fiscal.
Hay incontables las quejas contra el jefe aduanal que ha transformado el recinto fiscal en un bunker contra quien sea, donde los empleados pasan a ser simples reclutas bajo la bota militar.
Son decenas de empleados afectados por las nuevas disposiciones castrenses, quienes revelan que se ha creado un tenso clima de psicosis por la inexplicable actitud del jefe militar.
Cuentan por ejemplo que durante la reciente visita al recinto fiscal del Presidente AMLO el pasado 18 de Febrero, el recién nombrado jefe aduanal encerró a todos los trabajadores por mas de dos horas en el segundo piso, sin permitirles salir ni al baño.
Y para evitar cualquier riesgo, vistió como trabajadores aduanales a soldados que aparecieron como empleados de base para saludar al Presidente.
Martínez Arcos desconfía hasta de su sombra y eso lo hace prepotente. Trata mal a ciertos empleados, a quienes en forma déspota y grosera los acusa sin motivo de no cumplir su trabajo.
Luego en violacion a las leyes laborales, el jefe militar ha implantado un autoritario horario de trabajo en que los trabajadores deben llegar de 15 a 30 minutos antes de comenzar su jornada, para no ser sancionados con descuento al salario.
Eso no quiere decir que el jefe militar pase desapercibida la belleza de ciertas damas que laboran en el recinto fiscal.
Bajo la gastada premisa 4T de combatir la corrupción, Martinez habría comenzado a rodearse de personajes con antecedentes oscuros, y no menos expertos en extorsiones a importadores.
Martínez Arcos desconfía hasta de su sombra y eso lo hace prepotente. Trata mal a ciertos empleados, a quienes en forma déspota y grosera los acusa sin motivo de no cumplir su trabajo.
Luego en violacion a las leyes laborales, el jefe militar ha implantado un autoritario horario de trabajo en que los trabajadores deben llegar de 15 a 30 minutos antes de comenzar su jornada, para no ser sancionados con descuento al salario.
Eso no quiere decir que el jefe militar pase desapercibida la belleza de ciertas damas que laboran en el recinto fiscal.
Algunas de ellas se han sentido acosadas, pero a todas les ha prohibido el pelo largo por aquello de evitar actitudes frívolas o pecaminosas.
Bajo la gastada premisa 4T de combatir la corrupción, Martinez habría comenzado a rodearse de personajes con antecedentes oscuros, y no menos expertos en extorsiones a importadores.
